¿Cuántas personas hablan esperanto?			
	
	
	
	
	
	
Una de las preguntas más habituales cuando uno se interesa por el 
esperanto, y la más obvia en los reportajes periodísticos es: ¿cuántas 
personas hablan esperanto? Es también la más difícil de contestar, y en 
este breve texto explicaremos por qué.
En primer lugar, hay que recordar que el esperanto es casi siempre 
aprendido como un segundo idioma, es decir, no es un idioma nativo 
(sobre eso volveremos después), y es hablado de forma muy dispersa. Por 
esta razón, no existen censos de hablantes como los que suelen crear los
 gobiernos que recogen datos sobre hablantes de las lenguas oficiales, 
las habladas en sus países y en ocasiones las de los inmigrantes.
Más importante, el concepto de “hablante” de una lengua aprendida, 
debe tener en cuenta el grado de aprendizaje y de uso. Es algo 
problemático incluso en lenguas más mayoritarias (¿cuántas personas 
hablan inglés en España?, por ejemplo), ya que el criterio puede variar 
de forma subjetiva y objetiva. El problema se incrementa en el caso del 
esperanto. Hay personas que han aprendido las bases y no han continuado 
estudiándolo. Hay quien lo aprendió y lo dejó de utilizar después, y ha 
perdido el contacto con otros hablantes, aunque en un momento 
determinado podría volverlo a hablarlo sin gran dificultad. Hay quien lo
 domina lo suficiente, pero apenas lo utiliza de forma activa. Hay quien
 simpatiza con la idea, incluso de forma entusiasta, pero nunca ha 
llegado a aprenderlo. Por todas estas razones, y de acuerdo con el 
criterio utilizado, las cifras que pueden leerse varían de forma 
elevada, dando la impresión de que se basan más en estimaciones que en 
estudios rigurosos. En este texto intentaremos explicar los principales 
estudios existentes, y justificaremos por qué la horquilla más habitual,
 la que habla de entre cien mil y dos millones de hablantes, tiene 
cierto sentido.
Hay que insistir sobre todo en ese criterio básico de grado de uso y conocimiento,
 y sobre la subjetividad que ello introduce. Hay personas que pueden 
considerarse a sí mismas hablantes de esperanto, cuyo nivel es muy bajo o
 lo usan poco, y, al revés, hay quien no se atrevería a considerarse 
esperantista a pesar de que en caso necesario podría hacerse entender en
 esa lengua.
Es más, puede incluso hacerse una diferencia entre esperantista (es decir, la persona que está de acuerdo con la idea del esperanto) y hablante de esperanto.
 En otras lenguas ambos conceptos incluso usan palabras diferentes (en 
italiano, por ejemplo, existe la diferencia entre esperantista y 
esperantófono), aunque en castellano no suele hacerse esta distinción, y
 aquí emplearemos la palabra esperantista en el sentido de hablante de 
la lengua internacional.
El principal intento sistemático de hacer un censo de esperantistas y
 construir una estadística exhaustiva data del año 1926 y corrió a cargo
 del esperantista alemán Johannes Dietterle, que llegó a la siguiente 
conclusión: “En más de cien países, en más de siete mil lugares del 
mundo, existen en total 126 576 esperantistas de los que tengamos 
conocimiento fiable, de los cuales 41 751 están organizados en 1776 
grupos, 16 987 viven en lugares donde no existen grupos y 67 838 
esperantistas que no pertenecen a grupos, pero viven en lugares donde 
existen grupos”.
Desde entonces no se ha vuelto a realizar un censo con una ambición similar, y sólo disponemos de estimaciones.
La cifra más elevada que suele leerse a menudo es la de dos millones 
de hablantes. Procede en su expresión más extendida, de un estudio 
realizado por el profesor Sidney S. Culbert de la Universidad de 
Washington, durante los años sesenta del siglo pasado, en la que 
investigó de forma sistemática el número de personas que se podrían 
comunicar en esperanto, aunque fuera de forma básica, y luego lo 
comprobó in situ en un área de Francia. En una comunicación al 
“The World Almanac of Facts” en 1967, daba una cifra, extrapolando y 
redondeando, de dos millones, incluyendo personas que no usaban la 
lengua de forma habitual. Aun hoy, esa cifra se suele considerar como un
 límite superior al número de hablantes, y suficientemente razonable si 
se consideran hablantes con nivel mínimo y se incluyen personas que 
podrían hablarlo porque lo aprendieron en su momento, pero ya no lo 
utilizan normalmente.
Para estimar cifras de hablantes activos, hay que recurrir a otros métodos.
 Por ejemplo, deducciones a partir de algunos censos existentes (a 
menudo incompletos), miembros de asociaciones esperantistas, usuarios de
 esperanto (compradores de libros, asistentes a cursos, visitantes de 
páginas web o redes sociales), etc.
El criterio de estudiar los miembros de asociaciones esperantistas se
 ha utilizado en ocasiones, y es útil en parte para establecer valores 
relativos, por ejemplo, de hablantes en diferentes países y regiones, 
pero apenas sirve para obtener datos absolutos. Hay que tener en cuenta 
que la mayoría de hablantes de esperanto no llegan a afiliarse a una 
asociación o a frecuentar los círculos más organizados. Es más, este 
fenómeno es cada vez más habitual, porque las redes permiten el 
aprendizaje del idioma y el contacto directo entre hablantes sin 
necesidad, como era antes más habitual, de pasar por los grupos 
organizados. A su vez, ese tipo de contacto también puede pasar a ser 
esporádico y poco sistemático, y conducir más fácilmente a una pérdida 
del uso de la lengua.
A título de ejemplo, puede emplearse el caso de la Asociación Universal de Esperanto, que es la más grande de las asociaciones esperantistas,
 y suele considerarse como el representante oficioso del movimiento 
esperantista. Tiene una organización mixta, agrupando a unos 4 500 
miembros individuales en unos 120 países, y a asociaciones nacionales, 
que en total pueden agrupar a unos diez mil miembros adicionales. La 
Federación Española de Esperanto, que presenta una organización mixta 
similar, tiene unos doscientos miembros individuales, y unas 15 
asociaciones que a su vez agrupan otros doscientos miembros 
aproximadamente. Sin embargo, es claro y obvio que el número de 
hablantes de esperanto en España es al menos un orden de magnitud 
superior a esa cifra de alrededor de 400 personas.
Algunos censos nacionales preguntan por las lenguas hablantes por los
 habitantes del país, e incluyen el esperanto o permiten mencionarlo a 
criterio de la persona que responde. Es el caso de los censos de 
Lituania o Hungría. A partir de ese número se podrían hacer 
extrapolaciones, teniendo en cuenta la densidad de hablantes en otros 
países, comparando por ejemplo con miembros de asociaciones 
internacionales Un estudio
 que emplea ese criterio fue realizado por el esperantista alemán Lu 
Wunsch-Rolshoven. La cifra obtenida era de entre 80 000 y 150 000 en la 
Unión Europea y entre 160 000 hasta 300 000 a nivel mundial. Podría 
decirse que se trata del número de personas que mencionarían que hablan 
esperanto si fueran preguntados por sus conocimientos de lenguas 
extranjeras en un censo de población.
Una estimación más restringida,
 con un método similar, llevó a cabo el estudiante danés Svend Vendelbo 
Nielsen, en el año 2017. Teniendo en cuenta los censos conocidos en 
Lituania, Estonia, Hungría, Nueva Zelanda y Rusia, y comparando con el 
origen de miembros de asociaciones o de usuarios de webs (como la web de
 aprendizaje Lernu.net), llegó a un 
dato de alrededor de 60 000 hablantes, con un máximo de 180 000 si se 
toman intervalos de confianza. Se debe insistir en que se trata de 
aquellas personas que responderían que hablan esperanto en las preguntas
 de un censo de población, por lo que probablemente no tendría en cuenta
 ciertas categorías de hablantes.
Otra forma de calcular hablantes es tomar usuarios de servicios, por 
ejemplo redes sociales, y extrapolar a partir de ellas. Es, por ejemplo,
 el procedimiento que utilizó el profesor israelí Amri Wandel, que 
construyó un modelo
 a partir de las personas que declaraban ser hablantes de esperanto en 
la red social Facebook. La cifra resultante era de dos millones de 
personas, aunque se considera en general que se trata de un cálculo con 
grandes incertidumbres.
En general, esas estimaciones, basadas por ejemplo en el número de 
asistentes a cursos, compradores de libros en esperanto, usuarios de 
webs (especialmente los registrados en webs de aprendizaje, como 
Lernu.net o Duolingo), etc. suelen dar valores de unos pocos cientos de 
miles, aunque su grado de fiabilidad de nuevo es muy reducido.
Por todas estas razones, el intento de obtener datos exactos es fútil,
 y debemos conformarnos con órdenes de magnitud. En este sentido, un 
buen resumen es la estimación que presentó en 1996 el lingüista 
finlandés Jouko Lindstedt, que la mayoría de esperantistas encuentra 
bastante realista:
- Mil personas tienen el esperanto como idioma nativo
- Diez mil hablan esperanto de forma fluida
- Cien mil personas son capaces de usar el esperanto de forma activa
- Un millón de personas son capaces de entender el esperanto de forma pasiva
- Diez millones de personas alguna vez estudiaron algo de esperanto
Las cifras deben estimarse como orden de magnitud, no como dato real:
 es decir, se puede decir seguro que varios centenares de hablantes son 
nativos y se puede estar seguro de que no lo son muchos miles. Y así 
sucesivamente.
Por cierto, quizás a alguno de los lectores le puede resultar 
sorprendente saber que hay hablantes nativos de esperanto. Sí, sí que 
los hay, y para conocer ese interesante fenómeno, puede leerse este 
artículo: http://www.delbarrio.eu/2008/03/hablar-esperanto-como-un-nativo.htm
Para saber más (artículos en la Wikipedia en esperanto): 
Fuente: Artículo publicado por la Federación Española de Esperanto